Responsabilidad de la Familia en la Educación para la Sexualidad

Enero 30, 2016

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Inicialmente, cuando pensamos en la educación para la sexualidad, la violencia escolar y demás asuntos que tratan directamente sobre la enseñanza tendemos a lanzar una mirada de soslayo hacia las instituciones educativas, ya que existe una fuerte tendencia a suponer que de ellas (las instituciones) deben manar todas las enseñanzas de nuestros hijos. Que lejos estamos de la realidad al pensar de dicha manera.

La familia, como parte de la comunidad educativa, en el marco del Sistema Nacional de Convivencia Escolar y formación para los derechos humanos, la educación para la sexualidad y la prevención y mitigación de la violencia escolar tiene un valor fundamental por ser (salvo algunas excepciones) el lugar donde los niños conocen y se reconocen en el mundo.

De acuerdo con lo anterior, el Estado, en cabeza del Ministerio de Educación ha decretado que el núcleo familiar debe tomar parte activa en la educación sexual, la formación para los derechos humanos y la prevención de la violencia en los niños y jóvenes.

Deberes para con los Niños y Jóvenes

Así, el artículo 22 de la ley 1620 determina algunos deberes de la familia para con la educación de los niños y jóvenes.

El primero, y tal vez sea de los más importantes, tiene que ver con proveer a sus hijos espacios y ambientes en el hogar, que generen confianza, ternura, cuidado y protección de sí y de su entorno físico, social y ambiental.

Supongamos que María, de catorce años, siente curiosidad por las relaciones sexuales.. Su mamá, que trabaja gran parte del día, descubre una carta en la que María le expresa sus sentimientos a Juan (quien es un año mayor que ella).

La madre, colérica, grita y trata a María de manera severa sin siquiera atender a sus sentimientos y a su edad, razón por la cual María decide de ahí en adelante callar todo y hacer las cosas a escondidas… para cuando la descubren tiene tres meses de embarazo.

Como podemos observar, un regaño injustificado en vez de una charla acertada de madre a hija puede quebrar la confianza (tan necesaria) y lanzar a los jóvenes a experimentar sin haber adquirido un conocimiento previo.

Cabe anotar que acompañar de forma permanente y activa a sus hijos en el proceso pedagógico que adelante el establecimiento educativo para la convivencia y la sexualidad forma parte de los deberes que como padres tenemos para con nuestros hijos ya que puede que en el colegio se hable de sexualidad, empero, siempre será la familia la raíz principal del gran árbol que resultan ser los niños y adolescentes.

Conclusión

No hemos de olvidar que está en la naturaleza humana descubrir y descubrirse y el trabajo en conjunto (escuela y padres) conlleva a que los niños y jóvenes comprendan que la sexualidad es una parte fundamental de la identidad humana y que del conocimiento de la misma viene la comprensión de las diferencias y el disfrute de la misma.



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