La Dramática Historia de la Joven Deisy
Noviembre 25, 2016
Entre los cientos de casos penales que suceden en Colombia, el 8 de agosto de 2011 una hermosa joven caminaba por las calles frías de Bogotá cuando un hombre la acechó por la espalda y le arrojó ácido en el rostro. ¿Por qué lo haría? Según algunos estudiosos en la psicología criminal,
el acechador busca con este tipo de ataques afectar la belleza de la mujer.
Es decir, quitarle lo que ella más aprecia de su físico. No es un ataque contra su vida o contra su propia integridad, sino es un atentado que afecta su moral y le deja un recuerdo por el resto de su vida. Es un hecho despreciable, pues no mata a la persona inmediatamente, pero su vida no vuelve a ser la misma.
Pero, lo lamentable de este hecho no es solo el ataque contra el rostro de aquella mujer, sino la injusticia tan terrible que ella tuvo que aceptar. En Colombia,
hablar de injusticia es algo natural. En un reciente informe realizado por la revista Semana, se concluyó que casi el 80 por ciento de los implicados en delitos quedan en libertad.
La joven Deicy fue atacada en el 2011, mucho antes de la Ley que protege a la mujer de estos ataques. Incluso, mucho antes de la Ley contra el feminicio.
La Policía capturó al implicado, un hombre que sin razones aparentes la atacó. La Fiscalía lo presentó al Juzgado con las pruebas suficientes para enviarlo a la cárcel. Sin embargo, quedó en libertad porque el caso según la justicia de ese momento era un
acto querellable, para lo cual no hay una sentencia privativa de la libertad.
Por su parte, esta joven mujer continúa afectada por aquel químico que le afectó su belleza. ¿Qué sucede en estos casos y por qué es tan necesario un abogado penalista? En esta situación, los derechos fundamentales de aquella mujer y sus derechos a la justicia quedaron en el limbo.
Una solución inmediata a este problema es que ella puede reclamar ante el Estado su indefensión y la injusticia que se ha cometido.