Abogado Ayuda a su Cliente a Recuperar Propiedad Horizontal en Bogotá
Agosto 12, 2016
El señor Valentino Moscoso residente de la localidad de Puente Aranda en la ciudad de Bogotá cuenta con varias propiedades horizontales en diferentes sectores de la ciudad capital, varias de ellas las tiene en arriendo a familiares y amigos.
Existe una sola propiedad horizontal que el señor Moscoso no ha querido arrendar, ni vender, ya que es un proyecto nuevo el cual se esta construyendo, pero este proyecto tuvo que dejarse a medio construir ya que al señor Valentino se le presentó una oportunidad de invertir en el exterior y tuvo que viajar para conocer más acerca de su nueva inversión.
Debido a que el señor Valentino Moscoso no iba a estar en el país por al rededor de un año, la construcción que se estaba llevando a cabo quedo parada, esto debido a que el señor Valentino no dejó a nadie encargado para poder suministrar los materiales y el dinero necesario para poder culminar la construcción de dicha propiedad horizontal en la ciudad de Bogotá.
Al paso de los meses, exactamente 6 meses después de haber iniciado la obra de la propiedad horizontal en Bogotá, esta había quedado en absoluto abandono, varias persona de la zona en donde estaba la construcción se preguntaban ¿Qué habrá sucedido con el dueño? ¿Por qué no continuaron con la construcción?
Entre las personas del sector que se hacían estas preguntas, esta el señor Eugenio Barragán. El señor Barragán decidió un día apropiarse de la inconclusa obra. El pensó que ya nadie reclamaría esta
propiedad horizontal de la ciudad de Bogotá, por lo que decidió terminar de construir lo que le hacia falta a la obra.
El señor Eugenio estaba feliz por hacerse a una nueva casita y totalmente gratis (como nos gusta a los colombianos), el pensaba que si después de más de 6 meses de inhabitada la propiedad horizontal el podía adueñarse y nada sucedería.
El señor Barragán no podía estar más equivocado, ya que eso seria invasión de propiedad privada y seria muy probable que tuviera que ir a un juzgado. El señor Valentino Mosco regresó de su viaje y al día siguiente fue a visitar su "obra inconclusa" y se llevó una tremenda sorpresa, ya que la construcción estaba finalizada y además habitada.
El señor Valentino decidió ir averiguar quien estaba invadiendo su propiedad horizontal, al tocar a la puerta el señor Barragán fue quien lo recibió; muy amable el señor Eugenio le pregunto al señor Valentino, ¿En qué le puedo ayudar? A lo que el señor Valentino contesto, ésta es mi casa y usted está invadiendo la propiedad privada.
El señor Eugenio quedó paralizado ante las palabras del señor Valentino, no podía creer que en realidad alguien iba a reclamar la propiedad. El señor Eugenio le contesto al señor Valentino que el ya no tenía derecho sobre la propiedad, ya que la había abandonado por un año.
El señor Valentino para no ponerse a discutir con el señor Eugenio, lo que hizo fue
contratar a un abogado que supiera de propiedad horizontal en Bogotá para que le ayudara a llevar su caso.
El abogado se puso en la tarea de recoger toda la documentación necesaria para comprobar que la propiedad horizontal ubicada en Bogotá es de propiedad del señor Valentino. El caso se llevó a cabo en un juzgado de la ciudad de Bogotá. El día del juicio el señor Barragán alegaba que el señor Moscoso ya no tenía derecho alguno sobre la propiedad horizontal, debido a que había permanecido abandonada un año.
El juez solicito al señor Eugenio documentación probatoria de que el era el dueño de dicha propiedad, a lo que el señor Eugenio respondió que no contaba con ningún documento, pero que él no iba a abandonar la propiedad horizontal ya que el había invertido en ella.
El abogado de el señor Valentino mostró la documentación que acredita al señor Moscoso como dueño legitimo de la propiedad horizontal en Bogotá, el juez analizó los documentos y dio plena validez a los mismos, pero sugirió al señor Valentino que llegara a un acuerdo con el señor Eugenio para que este le entregara su propiedad.
El abogado de el señor Valentino también sugirió llegar a un acuerdo para que la propiedad horizontal de Bogotá fuera entregada. No muy de acuerdo, el señor Valentino accedió a que el abogado hiciera un trato con el señor Eugenio, el cual consistía en que el señor Valentino le pagaba al señor Eugenio lo que había invertido y además le daba la posibilidad de
vivir en arriendo en ese mismo lugar.
Eugenio aceptó el trato y esto gracias a la magnífica labor realizada por el Abogado Civil del señor Valentino.